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El sueño es un acto fundamental para lograr el bienestar de una persona, su ausencia o alteración repercute sobre el estado de ánimo, y en los niños puede alterar el rendimiento escolar, si se mantiene de forma crónica también puede tener repercusiones físicas. Como todo proceso en los niños requiere de su aprendizaje y somos los padres los que debemos ayudar a lograr una buena calidad de sueño.
Vamos a considerar algunos puntos de interés.
No existe una única respuesta.
Colecho no: es importante que tanto el niño como sus padres tengan su espacio.
Colecho si: Si ambos padres desean realizar colecho puede hacerse y por eso no se dañara el desarrollo de su hijo. Pero debemos tener tres cosas en cuenta. Por un lado se debe utilizar una cuna de colecho a fin de reducir el riesgo de accidentes. Otro punto importantísimo es que AMBOS progenitores deben desearlo, sino a la larga generará problemas en la pareja. Y por último pero no menos importante, debemos tener en cuenta que cuando decidamos que es hora de que el niño duerma en su cama y cuarto esto no pasará de un día para el otro por arte de magia, es un proceso que requiere TIEMPO y PACIENCIA.
Las horas de sueño variarán de un niño al otro, cada niño es único y las horas de sueño ideales son aquellas que le permitan realizar con normalidad las actividades del día. A continuación daremos las horas de sueño que normalmente deben dormir los niños.
Edad | Horas de sueño |
Recien nacido | 16 a 18 hs |
3 meses | 15 hs |
12 meses | 14 hs |
2 años | 13 hs |
3 A 5 años | 10 a 12 hs |
6 A 10 años | 10 hs |
11 A 14 años | 9 hs |
15 A 18 años | 8 hs |
Los niños de 6 meses deberían poder lograr dormir 5 horas seguidas.
Con respecto a las siestas son normales hasta los 3 a 4 años, hasta los 18 meses deberían ser dos, una matutina y otra por la tarde.
Los despertares nocturnos también se consideran normales, hasta un 40% de los niños menores de 3 años presentan 1 despertar nocturno y sólo el 2% de los niños de 5 años lo hacen.
Hablamos de trastorno del sueño cuando la cantidad o calidad del sueño altera el desarrollo diario del niño, ya sea su estado de ánimo, su rendimiento escolar, o cuando afecta la relación entre los padres y los niños.
Si bien existe una clasificación internacional de los trastornos del sueño, los dividiremos en 3 grupos para facilitar su comprensión.
Dentro de este grupo encontramos al insomnio, al síndrome de las piernas inquietas y el síndrome de retraso en la fase.
El insomnio se caracteriza por una dificultad para conciliar el sueño o para mantenerlo, lo cual de persistir provocará malestar en el niño o problemas de aprendizaje.
Existen dos tipos de insomnio el conductual o el asociado a una higiene del sueño inadecuada.
El insomnio conductual se caracteriza por una incapacidad de conciliar el sueño estando solo, el niño opone resistencia y está ansioso a la hora de acostarse. Si el niño requiere la presencia de los padres para conciliar el sueño cuando se despierte por la noche también lo requerirá.
El insomnio por higiene inadecuada del sueño se relaciona con las actividades realizadas durante el día. El niño se encuentra en estado de alerta constante lo que dificultará que se relaje para poder lograr dormirse. Que actividades pondrán al niño en esta de alerta, podemos nombrar la ingesta de bebidas cola, consumo de chocolate a la hora de dormirse, intensas actividades durante el día, y el uso de dispositivos móviles o videojuegos. También la realización de siestas frecuentes o muy prolongadas durante el día pueden provocar alteraciones del sueño.
Se caracteriza por un necesidad imperiosa de mover las piernas en situaciones de reposo, en general asociados a una sensación desagradable. Esto puede provocar dificultades a la hora de dormir y cansancio durante el día. Estos síntomas comienzan al final del día y suelen mejorar con la actividad. Si bien la causa no es totalmente conocida, en el 70 % de los casos existen antecedentes familiares. En caso de que los padres observen este comportamiento deben concurrir al pediatra.
Se caracteriza por incapacidad de conciliar el sueño a horarios convencionales con dificultad de despertarse por la mañana, frecuentemente comienza a los 10 años de edad.
Se caracteriza por la presencia, durante el sueño, de episodios de obstrucción parcial o completa de la vía aérea superior. En general los pacientes presentan ronquidos (no todos los pacientes que roncan tienen dicho síndrome), un sueño intranquilo, con movimientos frecuentes. Es común que estos niños hiperextiendan el cuello a fin de liberar la vía aérea. Estos pacientes presentan cansancio excesivo durante el día, irritabilidad , frecuentes dolores de cabeza y enuresis.
En los niños la causa más frecuente es la hipertrofia adenoidea y amigdalina.
La apnea se reconoce como pausas entre ronquidos, parece que el niño no respira, y luego empieza el ronquido nuevamente.
Se caracteriza por episodios en los cuales el niño se levanta de la cama y camina sin ser consciente de lo que lo rodea. Pueden llegar a realizar actividades complejas durante el episodio. Si bien el episodio puede resultar perturbador para los padres, es importante destacar que es muy frecuente en los niños de edad escolar, es benigno y suele resolver con la edad. El episodio de sonambulismo puede estar desencadenado por sueño insuficiente, fiebre o estrés. Durante los episodios de sonambulismo se debe conducir a los niños de vuelta a la cama con una voz tranquila. Se deben tomar precauciones como cerrar las puertas con llave, no dejar elementos en el piso para que el niño no tropiece e incluso se pueden colocar alarmas que avisen que el niño se ha levantado.
Los terrores nocturnos son episodios de corta duración, en general duran pocos minutos y resuelven espontáneamente, el niño que lo sufre se sienta bruscamente en la cama, gritando o llorando desesperadamente. El niño mantiene los ojos abiertos con expresión de miedo intenso pero permanece dormido. También puede estar desencadenado por sueño insuficiente, fiebre o estrés. Durante el episodio los padres no deben interferir ya que este terminará en pocos minutos y el niño no recordará nada.
Son ensoñaciones largas, elaboradas en las que la sensación de miedo y angustia va aumentando. El niño se despierta asustado y recuerda todo lo ocurrido. Como asocia el sueño al miedo presenta dificultades para volver a dormirse. Los padres deben permanecer en la habitación calmando al niño y ofrecerle elementos que le den seguridad como peluches o juguetes. Las discusiones sobre la pesadilla debe posponerse para el día siguiente. Es importante evitar los cuentos o películas de terror, y se debe hablar de las cosas agradables que ocurrieron durante el día minutos antes de ir a dormir.
Es poco frecuente durante la infancia y suele establecerse durante la adolescencia y la juventud. Se caracteriza por la presencia de ataques bruscos y breves de sueño repentino durante el dia.
Pérdida brusca del tono muscular, en general desencadenada por una emoción intensa. Suele durar poco tiempo y el tono se recupera totalmente.
Es la sensación de inmovilidad durante segundos o minutos que se presentan al inicio o final del sueño.
En general los trastornos del sueño estan asociados a las conductas que tomamos durante el dia.
Los hábitos de sueño inadecuados, como flexibilidad a la hora de ir a dormir, falta de rutinas, siestas prolongadas y frecuentes durante el día, consumo de bebidas cola o chocolate, así como actividad física o juegos que exciten a los niños y el uso de dispositivos electrónicos en los momentos previos a ir a dormir.
El estrés provocado por problemas familiares o problemas en el colegio, enfermedades o cualquier situación que amenace la seguridad de los niños puede provocar problemas del sueño.
Asimismo existen problemas médicos asociados a trastornos del sueño, como la alergia, dolores, fiebre, enfermedades como el reflujo gastroesofágico, enuresis. Algunos medicamentos como broncodilatadores pueden perturbar el sueño.
Los trastornos del sueño son más comunes en niños con déficit atencional e hiperactividad.
El sueño es una conducta humana y como tal debe aprenderse y puede modificarse. Con una buena educación desde el nacimiento por parte de los padres la mayoría de los trastornos del sueño pueden evitarse.
A continuación enumeraremos conductas necesarias para lograr un buen dormir. Las pautas dependerán de la edad de los niños.
Existen métodos conocidos para dormir a los niños, cada familia debe adoptar el que más le convenga para poder mantenerlo en el tiempo.
El método Ferber consiste en que el niño aprenda a dormir solo. Ferber recomienda establecer una rutina antes de que el niño se vaya a dormir. Luego hay que poner al bebé/niño en la cuna/cama solo para que se duerma y salir de la habitación. Cuando llore se debe ir a calmar al niño luego de una espera predeterminada (se conoce como espera progresiva). Cada dia se debe ir incrementando el tiempo de espera para ingresar a la habitación a calmar al niño pero sin sacarlo de la cama. Tomará de 7 a 14 días lograr que el niño duerma solo.
Este método implica acunar a los niños o alimentarlos hasta que se queden dormidos.
Recomienda acunar o alimentar al bebé hasta que esté adormecido y ahí apoyarlo en la cuna.
Desaconseja alimentar al bebé para dormirlo. Recomienda levantar al bebé cada vez que llora, calmarlo y volver a acostarlo tantas veces como sea necesario hasta que el niño se duerma.